jueves, 1 de marzo de 2012

Benito Quinquela Martín

Benito Quinquela Martín (Buenos Aires, 1 de marzo de 1890- Ibídem, 28 de enero de 1977), cuyo nombre de nacimiento fue Benito Juan Martín, fue un pintor argentino. Hijo de una madre desconocida que lo abandonó en la Casa de Niños Expósitos, siete años después fue adoptado por la familia Chinchella, dueños de una carbonería.
Quinquela Martín es considerado el pintor de puertos y es uno de los pintores más populares del país. Sus pinturas portuarias muestran la actividad, vigor y rudeza de la vida diaria en la portuaria La Boca. Le tocó trabajar de niño cargando bolsas de carbón y dichas experiencias influenciaron la visión artística de sus obras.
Exhibió sus obras en varias exposiciones realizadas en el país y en el extranjero, logró vender varias de sus creaciones y otras tantas las donó. Con el beneficio económico obtenido por estas ventas realizó varias obras solidarias en su barrio, entre ellas una escuela-museo conocida como Escuela Pedro de Mendoza.
No tuvo una educación formal en artes sino que fue autodidacta, lo que ocasionó que la crítica no fuera siempre positiva. Usó como principal instrumento de trabajo la espátula en lugar del tradicional pincel.
(...) La originalidad de la técnica de Quinquela sobresale sobre el resto de los pintores contemporáneos. Exigió una pintura muy rápida, agilidad, fuerza y virilidad en cada trazo. A golpe de espátula demoraba poco en crear un cuadro pero muchas horas en idearlo. Partía de un sólido conocimiento de su medio, de su atmósfera y de la dinámica del paisaje que iba a ilustrar. Con carbonilla hacía un bosquejo que después rellenaba con la espátula. Esta herramienta fue la exclusiva a partir de 1918, antes utilizaba también el pincel. Gené dijo sobre esta técnica que la elección de la espátula supone la necesidad de servir una urgencia realizativa que el pincel hubiese hecho lento. Quinquela empastó su obra aún en los casos que usó pincel, como si lo persiguiera la necesidad de terminar cada una de sus piezas en el menor tiempo posible
(...) De todos los motivos que se podía elegir en el barrio para representar en su trabajo eligió el trabajo. Quizá por sus comienzos como carbonero, sabía de las dificultades que tenía y quería reflejarla con el arte. Todas las escenas portuarias pintadas por Quinquela son homenajes al trabajo, protagonizadas por figuras humanas, dinámicas y en constante movimiento cargando bolsas de carbón. En muy contadas ocasiones pintó escenas sin figuras humanas, el protagonista siempre fue el hombre.
(...) Es el más popular de los pintores argentinos, y el más querido. Fue endiosado, convertido por sus seguidores en una especie de héroe patrio por haberse mezclado la calidad de su obra artística con la de su obra solidaria. Han aparecido detractores entre la crítica más especializada que pone en duda su condición de artista, su talento y habilidad.
(...) El hecho de no pertenecer dentro de ninguna escuela o corriente pictórica determinada lo mantuvo al margen del centro de atención de críticos y galeristas y provocó que su pintura no fuera del todo impresionista ni del todo expresionista; no es del todo fovista ni del todo realista, no concuerda con ninguna de las corrientes pictóricas de la época. Para Quinquela era más importante La Boca que el sistema que estuviese de moda.
Además fue autodidacta, jamás estudió pintura en un establecimiento educativo, decía que el exceso académico atentaba contra la originalidad y la personalidad de la obra. Quinquela siempre fue un autodidacta acérrimo y negaba rotundamente el progreso a partir de los programas formales que ofrecían las instituciones oficiales. En sus propias palabras sus dibujos eran diferentes de los académicos que eran fríos y calculados pero afirmaba que la belleza era otra cosa. Él aprendió a pintar solo, dibujando con los carbones, bocetando sin descanso ni escuela, según dijo Gené. El elemento escritor no era carbonilla ni una mina untuosa, sensible a la superficie del papel, sino de un trozo de carbón.
Quinquela tuvo sentimientos nacionales, tanto en su obra artística como solidaria y en su temática y método. Lo defendió siempre que pudo con argumentos convincentes. Siempre defendió que la parte patriótica era función del arte y no consideraba que la función didáctica desmereciera en modo alguno su pintura. Lo expresó en sus murales y en sus dichos. Lo afirmó en una conferencia radial en Tucumán donde sostuvo que mezclar el arte con la política es un error. Por este hecho muchos muros los pintó gratis para beneficiar al país. Por eso defendió la decoración de la Escuela-Museo Pedro de Mendoza.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Benito_Quinquela_Mart%C3%ADn
 

















 

No hay comentarios:

Publicar un comentario