miércoles, 30 de noviembre de 2011

Diario de Adán y Eva (fragmento) - Mark Twain

Me he construido un refugio para guarecerme de la lluvia, pero no he podido disfrutarlo en paz. La nueva criatura lo invadió. Cuando traté de echarla empezó a derramar agua por los agujeros con que mira y a secársela con el revés de sus zarpas, con ese ruido que hacen los animales cuando están doloridos. ¡Ojalá no hablara! Siempre está hablando. En ella suena como un vulgar murmullo, un parloteo. No, no es verdad. Jamás he escuchado una voz humana, y cualquier sonido nuevo y extraño que surge en la solemne quietud de estas ensoñadas soledades ofende mi oído y me suena a nota falsa. Y este nuevo sonido tan cerca de mí; justo encima de mi hombro, en mi oreja, primero a un lado, y después al otro, cuando hasta ahora sólo había escuchado sonidos más o menos distantes. (...)

La nueva criatura de pelo largo me sale al paso a cada momento. No deja de rondarme y de perseguirme. No me gusta, no estoy acostumbrado a tener compañía. Preferiría que se quedara con el resto de los animales... Día nubloso, con viento en el oeste. Creo que tendremos lluvia... ¿Tendremos? ¿De dónde he sacado esa palabra? Ahora lo recuerdo: la usa la nueva criatura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario